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ERRORES COMUNES
Introducción:
Es tan extenso el catálogo de errores que todos cometemos a la hora de servir, pedir o disfrutar de un vino, que el tema daría para escribir una enciclopedia que haría palidecer a la mismísima Espasa, vamos a tratar de abreviar y ser precisos, casi telegráficos, esperamos que una vez leído este artículo su visión del servicio del vino sea algo más clara que antes.
Errores más comunes del Sumiller o Restaurador:
- No ofrecer vino de aperitivo a los      clientes.
- No cambiar las copas cuando sirve      una botella de la misma marca y añada.
- Mezclar vino de dos botellas      diferentes.
- Retirar totalmente la cápsula (de      estaño, plástico u otros materiales) de la botella cuando no se va a      decantar o jarrear.
- No retirar la cápsula cuando se va      a decantar o jarrear.
- Cortar la cápsula por arriba del      gollete.
- No limpiar la parte interna del      cuello de la botella antes de servir.
- Verter restos de corcho en la      primera copa servida, por no respetar el punto anterior.
- Utilizar copas inadecuadas,      demasiado grandes (peceras), copas de agua (esto es lo más extendido),      copas de vidrio grueso, copas con heridas de guerra (bocados, rajas, etc.),      mal repasadas (con restos de cal) o simplemente sucias.
- Dejar nuestra botella en la      lejanía, incluso fuera de nuestro contacto visual. (Ver Gueridones      Lejanos).
- Jarrear o decantar el vino cuando      no es necesario. (Esta operación, está de moda, y lo único que esconde es      la malsana intención de cobrarnos más dinero por la botella pedida)
- -No decantar el vino cuando este      presenta posos.
- Servir el vino demasiado caliente o      demasiado frío.
- Aconsejar el vino espumoso a los      postres.
- No ofrecer la carta de vinos dulces      con los postres.
- No tener vinos dulces, o no      ofrecerlos, que equivale a lo mismo.
- Aconsejar siempre los mismos vinos.      (los que más beneficios reportan al restaurador)
- Aconsejar vinos que todavía están      “crudos” y tánicos, que necesitan varios años de crianza en botella para      afinarse.
- Llenar demasiado las copas,      especialmente las de vinos blancos o espumosos.
- Dejarse influir por las modas y por      los gurulillos de barrio. 
- No confeccionar su propia carta de      vinos.
- -Tener vinos que no le gustan en su      propia carta de vinos.
- -Ser abstemio.
- -No disfrutar bebiendo un buen      vino.
- Tener una carta de vinos      enciclopédica, con miles y miles de referencias, que indefectiblemente se      quedará anticuada, y además le faltaran muchas de estas referencias. Y lo      que es peor, quien sirva el vino no lo conocerá.
- Cometer infinidad de errores      ortográficos en las cartas de vinos.
- -Confeccionar cartas de vinos      excesivamente nacionalistas, o plagadas de vinos clónicos.
- -Padecer de riojitis o riberitis      aguda.
- -Trasladar sus manías a las cartas      de vinos o a sus recomendaciones a los clientes.
- Transportar platos, usurpando      funciones de sus compañeros de sala.
- No poner suficiente agua en las      cubiteras.
- -No poner suficiente hielo en las      cubiteras.
- -Utilizar fundas térmicas para      enfriar las botellas, cuando en realidad las mejores son simplemente      mantenedores térmicos.
- Cargar un margen excesivo en el      precio de los vinos.
- Comprar copas de mala calidad.      Desconocidas, sin lógica en sus formas o capacidades.
- -Inventar cosas cuando presentan un      vino.
- -No presentar los vinos a los      clientes.
- -No utilizar Drop Stop o      cortagotas, con las consiguientes manchas de vino en los manteles.
- -No utilizar el sacacorchos más      adecuado a cada botella y añada.
- -Escanciar el champagne haciendo      mucha espuma, perdiendo irremediablemente parte de su efervescencia.
- -Dejar una botella de vino tinto      sin climatizar encima de la mesa. La temperatura de un comedor es casi      diez grados más elevada que la de consumo de un vino tinto.
- -Decorar la sala del restaurante      con botellas de vino. Expuestas al ruido, al calor, a las vibraciones y al      humo.
- -No ofrecer destilados, digestivos      o cocktails una vez han terminado los clientes de comer. Abandonando la      mesa sistemáticamente. 
- -Tener solamente uno o dos modelos      de copas para todos los vinos existentes. Además de ser cutre, es un error      de bulto, pues muchos de los vinos que servimos requerirán copas adecuadas      a sus caracteristicas.
- -Tener botellas de vino tinto      puestas en las mesas, a ver si pica el cliente.
- -“Marcar” las mesas con copas de      vino sin saber que vino se va a tomar. Sería equivalente a poner cubiertos      de pescado sin saber si lo vamos a pedir o no.
- -Permitir que se fume en el      restaurante, perjudica el perfil olfativo de todos los vinos que sirvamos.
- -Disponer de una mala ventilación y      por tanto que el restaurante huela a comida.
- -Llevar las uñas de sempiterno      luto. 
- -Lucir un potente olor corporal, o      ir perfumados.
- -Disfrazar a los camareros de luto      eterno, que más parece que estemos en un funeral que en un restaurante.
- -Disfrazar a los sumilleres de      dominatrices, con cadenas y cueros, por mucho morbo que esto pueda tener,      el tiempo no ha pasado en vano y simplemente es vulgar, artificial y      desfasado.
- -Pelo largo, barba, piercings,      tatuajes o una defectuosa higiene no son compatibles con un restaurante      pulcro e higiénico. ¡la gente no ha venido a vernos, (ni a olernos) sino a      comer!, y el acto de comer debe ser el más higiénico de cuantos      realizamos.
- -La seriedad es siempre un arma      defensiva, un buen sumiller nunca debe ser serio ni envarado. Su misión      primordial es el placer del cliente, y debe proporcionárselo (sin      mariconadas) siendo fiel trasmisor de la sabiduría que le ha legado el      viticultor-bodeguero por medio de su vino.
- El servilismo y las genuflexiones      no hacen mejor al sumiller, sino más sumiso y menos profesional.

Errores más comunes de los clientes:
- -Asistir a un restaurante      desprovisto de la obligada actitud de disfrute.
- Asistir a un restaurante pensando      que “está en su casa”, cuando en realidad asiste a la casa de otra      persona, que va a ejercer de anfitrión.
- -Acudir a un restaurante con la      malsana intención de sabotear la comida y/o el servicio, jodiendo      irremediablemente a sus compañeros de mesa.
- -Llevar la voz cantante por toda      una mesa, asumiendo el liderazgo que nadie le ha cedido, incluso pidiendo      comandas completas sin el permiso de sus compañeros de mesa.
- -Desconfiar del sumiller      sistemáticamente. ¡A veces aciertan!
- –Ser abstemio, y lo que es peor      ¡sentirse orgulloso de ello!
- -No pedir vino de aperitivo al      inicio de la comida.
- -Beber vinos demasiado jóvenes,      todavía sin armonizarse por medio de su necesaria crianza en botella.
- -Beber siempre el mismo vino.      Recordemos al sabio Bierce: Dos veces es siempre una vez de más.
- -Beber el mismo vino durante toda      la comida.
- -Querer que les “de-canten” todos      los vinos.
- -Ser “Tintocentristas”.
- -Padecer “rioijitis o riberitis congénita”.      
- Ir demasiado perfumados a los      restaurantes.
- Llevar pintalabios “acuáticos” que      impregnan las copas indeleblemente.
- -Tratar de devolver una botella,      simplemente porque no les gusta el vino, sin que este tenga defectos.
- -¡Este vino está “picao”!... Sin      comentarios.
- -Llamar al sumiller o camarero      emitiendo un ridículo siseo, como si se estuvieran desventando.
- -Entablar una pequeña disputa con      el sumiller, para epatar a sus compañeros (casi siempre compañera) de      mesa. El mayor peligro acaece cuando esta es rubia, cuanto más claro sea      el tono de rubia y más grandes las tetas,       ¡más peligro!
- -Pensar que todos los vinos blancos      se deben beber jóvenes.
- -Pensar que los vinos por el mero      hecho de ser blancos, deben ser baratos.
- -Asociar la juventud de los vinos a      su bajo precio.
- -Pedir siempre los vinos más      baratos.
- -Beber cerveza en vez de vino de      aperitivo.
- -Pedir los vinos espumosos a los      postres.
- -Pedir carpaccios (moda nefasta que      solo beneficia al restaurador), vinagretas, escabeches, espárragos,      alcachofas, huevos, etc. y consumirlos con vinos.
- -Dejarse influir por las modas y      por los gurulillos de barrio. 
- -Levantar demasiado la voz en      cuanto han tomado tres copas.
- -Beber los vinos blancos demasiado      fríos y los tintos demasiado calientes.
- -Asir las copas como si de un balón      de balonmano se tratase, ensuciándolas inevitablemente y perdiéndose la      belleza que nos puede ofrecer la contemplación de un gran vino.
- -Preferir copas grandes, sean      adecuadas o no al vino que han solicitado.
- -No oler los vinos. La fase      olfativa es tremendamente importante en los vinos.
- -Beber los vinos demasiado rápido,      sin prestar la atención requerida por estos.
- -No mantener los vinos en la boca      el tiempo suficiente, evitando así que puedan trasmitir la información      sensorial necesaria a nuestro ansioso cerebro.
- –Hiperventilar los vinos,      remolineando compulsivamente, como si estuvieran haciendo un ajoaceite.
- -Fumar. Un vicio tan nefasto,      además de matar al propio adicto y a sus semejantes, altera      definitivamente el perfil organoléptico de todos los vinos.
- -Pretender fumar en un local donde      no está permitido. Dando la brasa constantemente.
- -Salir a fumar a la calle entre      plato y plato y sembrar de colillas la entrada del restaurante.
- -Ir a “empolvarse la nariz” entre      plato y plato.
- -Una duchita de vez en cuando no le      vendría mal a más de uno. La onda expansiva odorífera suele abarcar en pocos      minutos todo el comedor.
- -Pretender que le regalen “la      copita” de la sobremesa. Obligando al avispado restaurador a servirles      productos de deleznable calidad.
- -Beber los whiskies con hielo.
- -Quedarse de charleta a grito  limpio en la puerta del restaurante a      altas horas de la madrugada. Olvidando que los vecinos suelen intentar      dormir mientras ellos gritan.
© Juan Ferrer Espinosa    Enópata
 
 

3 comentarios:
ole a esa lista d errores comunes!!! mucha razon tienes
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